#VivasLasQueremos: Hacer un cuerpo común

En estos dos años el colectivo Ni una menos fue hacia las raíces. 

Sabíamos, desde el principio, que el femicidio era la punta del iceberg de una violencia machista, extendida, tramada en complicidades y en distintos niveles, discursivos, judiciales, mediáticos, políticos. 

Pero eso que intuíamos se fue precisando, buscando las raíces económicas y sociales en los que se funda el patriarcado. 

Al mismo tiempo, fuimos construyendo instancias asambleísticas, reuniones, lazos con otras organizaciones, formas de articulación. En un vínculo muy nuevo entre colectivos feministas, organizaciones sindicales y partidarias, grupos culturales en asamblea y la calle de las movilizaciones, se fue forjando un tipo de politización muy plural. Es decir, hacemos cuerpo común en la heterogeneidad. Desde el principio, el reconocimiento de que estábamos juntas de duelo, nos permitió transitar la vulnerabilidad descubierta sin pedir amparo en el sistema punitivo. 

El colectivo fue cambiando, las movilizaciones también, la asamblea más. Todo bajo el nombre de Ni una menos, aunque ninguna de esas instancias pueda subsumirse en las otras. Más bien, coexistencia tensa, imaginación política y amistad entre mujeres.

* Colectivo Ni Una Menos.